El regreso del Comendador

La celebración del IV Centenario de la Villa de Alcorisa

Ángel Hernández Sesé - Concejal de Turismo y Patrimonio de Alcorisa

En los últimos meses, muchos de ustedes habrán comenzado a escuchar noticias referidas a la celebración en Alcorisa del IV CENTENARIO. Ante todo cabe explicar el por qué de una propuesta como esta, de modo que a continuación trataré de explicar ¿Qué es? ¿Por qué deseamos que se celebre y qué es lo que supuso en su día?

A finales del siglo XVI Alcorisa pertenecía a la encomienda que la Orden de Calatrava administraba desde la ciudad de Alcañiz. En 1171 Alfonso II había donado la Villa de Alcañiz y todas las aldeas que la componían a la Orden de Calatrava, en pago a su apoyo en la tarea de la reconquista. Como tal y en adelante, el nuestro era un ente de población tributario, una especie de barrio rural, que entregaba anualmente sus impuestos a los miembros de la Orden, y cuyos habitantes debían de acudir a Alcañiz para cumplimentar o solventar cualquier trámite y para requerir que se prestase justicia. Habréis de pensar que hace 400 años el desplazarse hasta la capital del Bajo Aragón suponía dedicar como mínimo una jornada al trayecto, y por tanto un día de trabajo perdido. Además cabía añadir los múltiples riesgos que ello ocasiona, dada la habitual práctica del bandidaje, y el mal estado del trayecto. Las épocas de lluvias dejaban los caminos impracticables, y los rigores invernales o los propios del estío se cebaban en los transeúntes. Por otro lado, solo los potentados podían hacer el recorrido a caballo, el resto no disponían de tal lujo y tenían que realizar el viaje a pie la mayor parte de las veces, con alternativas como el burro o las carretas. Se calcula que el trayecto en carreta podía prolongarse por espacio de un mínimo de 6 horas. Algunos de nuestros antepasados se pasaban la vida en el camino y padecían los innumerables inconvenientes que ello ocasionaba, lo que causaba profundos malestares.

Esa situación era habitualmente motivo de descontento para las gentes de nuestra localidad, que comenzaba a experimentar un notable crecimiento económico y poblacional. Se calcula en más de 400 los vecinos que habitaban en Alcorisa a finales del siglo XVI, en un trazado urbano que se correspondía con nuestro casco histórico actual. En aquel momento parte de la población y ante la falta de espacio se trasladó a los extramuros, surgiendo el llamado “Arrabal de Cerdeña-San Roque”. Al tiempo que se sucedía ese desarrollo crecía el descontento.

Ya en 1590 se había solicitado al Rey Felipe III la jurisdicción civil en causas menores, que resulto concedida. Ello suponía que los trámites de menor importancia podían resolverse en Alcorisa, sin necesidad de emprender viaje. Ese sería el paso definitivo, porque de forma inmediata se exigiría la emancipación total, gozar del mayor grado posible de autonomía y por tanto la distinción como Villa. Habremos de tener en cuenta que si hoy la justicia es lenta, hace 4 siglos cualquier causa podía envejecer en espera de una resolución. A la falta de medios se añadía la lentitud de los magistrados, y la demora en la comunicación de las sentencias, máxime por el entramado de tribunales que existía en el reino.

Tras varios años aportando pruebas que avalasen la exigencia, y reunir a una especie de “lobby” de presión en la corte y ante la encomienda, finalmente el rey se pronunció sobre Alcorisa, por lo que os adjunto la sentencia:

- Por la presente como tal rey y señor natural y como tal administrador perpetuo de la dicha orden por mi y mis sucesores en estos dichos mis reinos y señoríos y en la dicha administración y Maestrazgo, OS HAGO VILLA para que así os nombréis e intituléis de aquí en adelante, y no aldea ni lugar de la dicha Villa de Alcañiz, la cual no haya de tener ni tenga ninguna parte ni jurisdicción civil ni criminal en esa Villa de Alcorisa, porque toda os la doy cumplida alta y baxa, mero y mixto imperio.

Todo esto sucedía a 14 días del mes de marzo de 1601

Al igual que en los procesos judiciales actuales, era habitual en la época el recurrir la sentencia. Las autoridades de la Encomienda de la Orden en Alcañiz así lo hicieron, en el fondo se trataba de una cuestión meramente económica, se perdía a un gran tributario y eso mermaba las riquezas. Ante esa situación se iniciaba un pulso por mantener los antiguos privilegios, que impulsaban a una sucesión de recursos, y trabas burocráticas a fin de ganar tiempo y demorar la sentencia. Tal es así que la causa se prolongó por más de 4 años.

Finalmente los trámites se resolverían y el 9 de noviembre de 1605 cuatro años y medio después, las calles de Alcorisa y sus gentes se vistieron de fiesta para recibir el título.

El cortejo de emisarios llegó a nuestra localidad, y la invistió de sus nuevos símbolos. Se tomó posesión y se delimitó el término.

El Justicia y los Jurados iban a poder en adelante el impartir justicia, y Alcorisa tendría además capacidad recaudatoria. Era el paso definitivo hacia la mayoría de edad. Se invistió al pueblo de los símbolos de la justicia civil y criminal

“Entraron en la dicha Villa y tomaron su posesión della andando de paseo, de calle en calle, que estaban muy adreçadas (adornadas) y en ellas no cogía la gente , y llegando a la plaça de la fuente de Cerdeña, continuando dicha posesión, mando el dicho Señor Justicia alçar una orca grande que al propósito estaba aparejada, la cual fue puesta y encaxada en la tierra…y alçada y assentada que fue, en señal de posesión dicho Juan Blasco, colgo en ella de una soga un guante. Et fecho lo sobredicho continuando y andando por dichas calles llegaron a la plaza mayor, que en ella no cogía la gente de pies y mandaron alçar un pellerique y alçado que fue mandó el Señor Justicia poner en la argolla a un tal Castillo y luego lo mando librar.”

“ Asi mismo llegaron a la carcel…que confronta con las casas de la Villa y con casa de Juan Ballestero y con la plaça y en ella pusieron presos y los mandaron librar. Continuando dicha su posesión, entraron dentro de las casas del concejo de dicha Villa…y se asentaron por su orden…botando y deliberando”.

En adelante Alcorisa sería una Villa más de las que conformaban la Encomienda de la Orden de Calatrava en el Bajo Aragón, pero sería a la Orden y no a terceros, ante quien rendiría cuentas. Estamos seguramente ante el día más importante para los alcorisanos de nuestra historia civil, el día en que los nos hicimos Villa, el momento en que nuestros vecinos sacaron todo su arrojo para hacernos mayores de edad, para emanciparnos y poder gozar de autonomía para emprender y liderar nuevos proyectos. Por este motivo desde la Concejalía de Patrimonio del Ayuntamiento de Alcorisa, se propuso a las asociaciones de nuestra localidad la celebración de la efeméride.

La idea es que a lo largo de todo el año no falten los actos que permitan conmemorar nuestro IV Centenario como Villa, y que en la actividad se involucre, además de nuestro Ayuntamiento en pleno, como ya ha sido manifestado, el dinámico tejido asociativo local. A nuestras asociaciones se les ha pedido que ajusten parte de sus actividades, de manera que podamos elaborar un programa lo más completo posible, desde recitales de canto barroco, a obras de teatro, todo lo que este en nuestra mano para poner en valor y dar a conocer el legado del Siglo de Oro, y por otro lado conmemorar el acontecimiento.

Se trata simplemente de la puesta en valor de nuestro legado histórico, de nuestro acervo cultural, y de acercarnos a un momento trascendental de nuestra historia, celebrándolo a lo largo de todo un año.