El desierto de Calanda se encuentra en el triángulo de los términos municipales de Torrevelilla, Calanda y La Ginebrosa, pero no es un desierto tal como un diccionario nos explicaría. Es un verdadero cruce de caminos, caminotes, sendas y pistas que están rodeadas de la vegetación típica de aquello que no es ribera en el Bajo Aragón.
Todo desierto tiene un oasis y el oasis de este desierto lo tenemos en el Monasterio de los Carmelitas Descalzos que dormitaron en pleno corazón desértico hasta que sus bolsas, seguro, empezaron a menguar. El Monasterio se conoce y reconoce por Torre del Carmen.
La Orden de los Carmelitas Descalzos se afianza siempre a estos lugares, casi recónditos de una naturaleza áspera y de carácter , aunque miran por sentarse en una lugar de paso de agua. Así lo hacen, también , en el Desierto de Las Palmas entre Castellón y Benicassim. Eligen, sobretodo, vivir lejos del resto de los humanos
Su carácter une características casi anacoretas con aquello que significa una vida en comunidad, todo arranca desde el 1592 en Guadalajara impulsado por Fray Tomás de Jesús. Bajo sus directrices apenas hablan, el silencio es un pilar; ayunan y, por supuesto, oran.
Aunque hemos dicho que el desierto se encuentra a caballo entre estos términos municipales de Calanda, La Ginebrosa y Torrevelilla…hay que señalar que el monasterio se encuentra en tierras de Calanda en la zona, llamado hoy, El Pinar.
La historia se remonta a cuando Tortosa tenía toda su fuerza y todo su apogeo , sobretodo en materia eclesiástica y mandó a esta zona del Bajo Aragón a un fraile para que determinase un buen lugar, según directrices y preceptos, en donde instalar un nuevo Convento de Carmelitas Descalzos. Antonio de Jesús Maria encontró un rincón llano ,entre montículos y gargantas con abundante paso de agua en donde poner las piedras de Torre del Carmen, aunque en aquellos tiempos la partida se conocía como Torre Argilés, topónimo que proviene del árabe y que indica que el lugar estaba “surcado” por huertas. Según un estudio realizado por en este lugar podía haber, en aquellos días, un barrio que perteneciese a Calanda. Y estaba bajo el influjo y el dominio de Los Calatravos desde Alcañiz.. Como la Orden de Calatrava tenía prohibida la enajenación de sus tierras al emisario carmelita las cosas se le ponen muy difíciles, pero persiste en el intento con conversaciones, encuentros y entrevistas….al final el Consejo de Órdenes y el propio Carlos II dan su consentimiento al asentamiento carmelita, eso sí a cambio de 1.033 reales de plata de moneda de Aragón por cada año y a perpetuidad a la Encomienda Calatrava.
El nuevo Convento pertenece, desde un primer momento, a la Diócesis de Zaragoza y se toma posesión en el año1682, eligiendo como titular a San Elias.
Como los Carmelitas Descalzos se estructuraban en “provincias”, Torre del Carmen queda dentro de la provincia de San José; provincia que abarca : Cataluña, Valencia, Baleares y Aragón…aunque algunos años atrás tanto Aragón como Valencia se separan del resto formando la “Provincia de Santa Teresa”.
Un vistazo al Monasterio.
Aunque la época de construcción del Monasterio estuviese encuadrada en el Barroco , los Carmelitas omiten toda ornamentación y se caracterizan por una arquitectura más bien austera y lo que hoy reconoceríamos como meramente práctica.
Aquello que más llama la atención es la Iglesia. A ella se accede por una fachada que marca el norte desde lo que parece una replaceta más elevada y por medio de un tripórtico que da paso al nártex o sotocoro. La Iglesia tiene una nave con cuatro tramos, bajo la construcción de bóveda de cañón. Cuenta con tres capillas en los laterales y un presbiterio profundo , además de una falsa cúpula en el crucero.De la Iglesia aquello que más destaca es la fachada “vignolesca genuinamente carmelitana, compuesta de dos pisos y con aletones laterales, donde destaca el rectángulo carmelitano en la calle central sobre tripórticos y remarcado por pilastras. En este rectángulo carmelitano se disponen: La hornacina para la imagen del titular, San Elias; el escudo de la Orden, las ventanas de iluminación del coro, y todo ello rematado por un frontón recto en cuyo centro se abre un óculo o espejo. Otros elementos arquitectónicos significativos son: La espadaña, sencilla, en prolongación de la pared lateral de la iglesia; el Claustro procesional, cuadrado con un solo piso, formado por cuatro crujías de cinco arcos, en el centro un sumidero de recogida de aguas que van a un aljibe que ocupa la superficie del claustro y con la profundidad de las dos plantas inferiores; las Criptas Sepulcrales, en la capilla mayor, destinadas al entierro de la comunidad o de los patronos del convento; las Celdas, orientadas hacia el sur, sobrias y de forma rectangular, con una sola ventana en la que existe una pequeña hornacina para ubicar el candil.”
El Monasterio contaba con un molino de aceite en su zona baja y junto al mismo habían unas cuadras. En la planta de arriba se encontraba el reflectorio con las correspondientes. Según el informe de quedan restos de lo que debieron ser salas dedicadas a : la sala capitular, la enfermería, el coro e incluso el órgano….aunque como más pasan los días más se deterioran los materiales.
El Monasterio parece enclavado de manera estratégica entre dos Ermitas que culminan unos montículos: la de poniente está dedicada a Santa Fiora y la situada a oriente está dedicada a la devoción de Nuestra Señora de las Nieves.
Junto al camino que nos lleva a la replaceta elevada de la Iglesia se encuentra la nevera. Había una hospedería con una fuente en piedra.
Y es la piedra el elemento, el material central, en la construcción del monasterio, de la Iglesia y de la hospedería….A veces se juntan el hambre y las ganas de comer, así un fraile vizcaíno ,cantero de profesión, se hizo cargo, al llegar al monasterio, de la fábrica mejorando, según parece en ejecución y resultados. Terminó el convento, realizó los muros, los escudos y todos los ornamentos en piedra….parece que los trabajos del convento terminaron en 1701.
Los otros materiales como la madera trataron de acercársela, siempre, desde los bosques. La cal, se fabricó allí mismo.