¿Hipocresía
o falta de coherencia?
Jesús Timoneda Monfil
Es difícil ser coherente en todas las facetas de la vida, y mucho más
difícil aún serlo de manera permanente, sin un solo fallo. Con frecuencia nos
excusamos diciendo que somos humanos, que estamos a menudo ante situaciones
nuevas, que todos cometemos errores, que a veces actuamos contrariamente a
nuestra propia filosofía, o decimos lo contrario de lo que pensamos. Si en
nuestro fuero interno admitimos y entendemos que esto es así (otra cosa es
admitirlo ante los demás), ¿qué podemos decir de la falta de coherencia o
hipocresía respecto a los grupos humanos? Me refiero a toda clase de grupos,
como partidos políticos, sindicatos, ONG's, colegios
de médicos, de abogados, asociaciones de vecinos, de jueces, instituciones de
toda índole, asociaciones culturales, artísticas, deportivas, etc., etc., y
además GOBIERNOS.
Parece que es más
difícil para los grupos el mantener la coherencia que para los individuos, pues
los grupos a su vez están compuestos de individuos con conceptos de la realidad
difícilmente afines cuando no contrapuestos. Por lo tanto es lógico que los
grupos redacten unos estatutos que sean el pensamiento, la línea a seguir, los
objetivos, y la forma de conseguirlos. En suma los grupos establecen su propia
filosofía. Luego podrá verse si hay coherencia respecto a esa filosofía.
Es de suponer que
en el ámbito científico-tecnológico tendría que haber más coherencia porque es
un sector en el que aparentemente hay pocas connotaciones de raza, de religión,
de política, y de otros aspectos en los que pudieran darse "roces"
más o menos intensos. Sin embargo hay algunos científicos "estrella"
que temen perder su prestigio. Así que son los jóvenes, "los
alucinados", los que se atreven con nuevas teorías; pero esos mismos
científicos "estrella" no tienen reparo en aprovecharse luego de las
ideas de sus jóvenes colaboradores.
En la Economía la hipocresía
o falta de coherencia es notable. Un ejemplo de ello es la cantidad de dinero
de dudosa procedencia que se blanquea a través de muchos bancos. Si nos fijamos
en los gobiernos nos percataremos que la incidencia del mismo mal es enorme.
Algunos ejemplos podrían ilustrarlo: En Gibraltar, que tiene más o menos
treinta mil habitantes, hay registradas más de setenta y seis mil sociedades.
¿A qué se dedican? Imagino que a los más turbios negocios que den grandes beneficios,
a blanquear dinero fraudulento, a evadir impuestos, etc. Los gobiernos de los
países más poderosos no han firmado la prohibición de las minas antipersona.
Tampoco están de acuerdo en la creación de un Tribunal Penal Internacional que
juzgue los delitos de genocidio, torturas, crímenes contra la humanidad, etc. Y
luego muchos de esos países defienden los derechos humanos aunque sea de forma
retórica.
Yo me pregunto si
podemos seguir así. A mi juicio debemos exigirnos coherencia, primero a
nosotros mismos, y luego controlar exhaustivamente a los gobiernos para
pedirles responsabilidades en todos los ámbitos, sobre todo en los asuntos
económicos, sociales y judiciales. De todos nosotros depende. Ojalá que nos
decantemos por el camino de la paz, la libertad, la solidaridad, la justicia,
la coherencia y la transparencia.